jueves, 5 de septiembre de 2013

GANO EL GOBIERNO

En apariencia ganó el gobierno a la CNTE y a los defensores de PEMEX y la CFE. Pero esto es sólo apariencia televisual porque el triunfalismo del mensaje a la nación de Peña en Los Pinos con soldados cada diez metros y 800 invitados bien trajeados dispuestos a aplaudir a la menor mentira temeraria del discurso, revela el miedo al espacio público. Afirmar que la CNTE es una minoría de profesores mientras el magisterio de Veracruz se suma al paro nacional, contrasta con la minoría de senadores, diputados, empresarios, funcionarios adocenados, cuerpo diplomático e invitados especiales dispuestos a apoyar e instrumentar la escalada antinacional del gobierno de Peña.

Siguen los cierres de calles y edificios y hoy miércoles 4 de septiembre una gran marcha contestataria parte la ciudad en dos mientras arrecia la campaña televisual y radial contra los profesores. En la prensa escrita hay sorpresas de críticos habitualmente estatólatras como Álvaro Cueva que elogia el valor de los profesores en lucha porque se atreven a denunciar la cancelación de sus derechos laborales para ejemplo de todos los perjudicados que no han sabido manifestar su repudio contra el gobierno clasista propiciador de la guerra civil. Los nuevos conservadores llaman a la intervención extranjera y consideran enemigos a los opositores.

Los profesores tienen recursos de oposición efectiva. Son queridos y respetados en sus comunidades, colonias y pueblos y tienen calidad para convencer de la justeza de su lucha a los estudiantes y familiares. Esto explica porqué Guerrero y Oaxaca, Michoacán y Chiapas y ahora Veracruz, son territorios en disputa entre el caciquismo ancestral, la delincuencia organizada con la complicidad del gobierno y la tradición de profesores y trabajadores de la cultura como organizadores constantes del pueblo no sólo en las asambleas, sino también en el tequio en las escuelas y caminos deteriorados sin atención oficial. La tradición de los talleres en el tiempo libre comunitario prueba el trabajo con y para el pueblo. Hasta la capital llegan las lecciones de esta memoria, por ejemplo, en el Observatorio Histórico de la UNAM que convoca a la crítica de los modos de enseñanza de la historia. Frente a esto el gobierno opta por ocultar a sus desprestigiados valedores: Rosario Robles y su obscena manipulación del hambre, el bilioso Chuayfett como Secretario de Educación impresentable y la Muñeca Beltrones como espurio representante popular.

Del lado de los intelectuales crecen las iniciativas para organizar brigadas que informan lo que realmente ocurre. Las redes sociales difunden el Manifiesto de la CNTE del 28 de agosto con 11 puntos donde aclaran su calidad de tendencia democrática dentro del SNTE con un secretario general que nadie conoce ni respeta hasta el punto de que su cápsula en Televisa fue retirada de inmediato. El punto dos reivindica la ya larga lucha por la educación pública y el tercero la concreta como necesaria por el crecimiento de los 80 millones de pobres y los 12 en pobreza extrema. De aquí la defensa de la educación pública plena a partir de los más necesitados y no de esquemas diseñados en los elegantes despachos de los contratistas. Exigen respeto pleno a los derechos laborales y plantean tres modalidades articuladas de evaluación: autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación como un medio de atención a las necesidades diversas de los estudiantes y profesores en situaciones concretas. Reafirman el compromiso de la formación profesional sobre las bases anteriores y no como mera tecnificación esquemática sino para formar “sujetos que reclamen el respeto a su propia forma de vida”. El punto 10 advierte su disposición al diálogo sobre la base de documentos consensuados con “estudiantes, padres de familias, autoridades, investigadores educativos y profesores”, todo lo cual no es aceptado ni reconocido por los funcionarios del gobierno y parlamentarios que los obedecen. Finalmente rechazan “el papel de los supuestos representantes del pueblo (diputados y senadores) al legitimar el desempleo en México perjudicando a la sociedad en general”. La CNTE firma con su lema: “La educación al servicio del pueblo” y proclama “¡ni un paso atrás!”.


61 diputados votaron en contra de la Reforma Educativa triunfante para beneficiar la demagogia peñista. El Senado apresuró la aprobación definitiva aderezada con desplantes bravucones contra la CNTE por los representantes de los partidos, menos el PRD. El pueblo, en tanto, se mantiene como multitud contestataria ante la ausencia de perspectivas políticas organizadas para el largo plazo. Movilizar para desmovilizar sigue siendo la orientación oculta en las protestas. Pero en Oaxaca, Michoacán y Guerrero crecen las asambleas donde se construye la estrategia autogestiva contra el gobierno constructor del Estado antipopular y antinacional.

Alberto Híjar Serrano

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